viernes, 13 de septiembre de 2013
Organización del sistema nervioso central
El sistema nervioso central se constituye de las estructuras que se encuentran en el interior del cráneo y del canal vertebral, es decir, el encéfalo y la médula espinal, respectivamente. Partiendo de la base, la médula espinal se une con el diencéfalo a través del tronco encefálico, constituido a su vez del bulbo raquídeo, el puente troncoencefálico y el mesencéfalo. Sobre el diencéfalo encontramos el telencéfalo, mientras que el cerebelo se sitúa detrás del tronco encefálico.
La médula espinal se encuentra en el interior del canal vertebral y además de su función de mantener comunicada la periferia con el centro, se compone de unos circuitos reflejos necesarios para dar una respuesta inmediata a estímulos que pueden perjudiciales para el organismo. La médula espinal está formada de la sustancia gris, situada en el centro, y de la sustancia blanca en la periferia, dicha sustancia gris contiene los cuerpos neuronales, mientras que la sustancia blanca está formada por fibras nerviosas mielínicas. Las neuronas son células formadas por un cuerpo cuyo interior alberga el núcleo; de las dendritas, que son prolongaciones que reciben información de otras neuronas, y de un axón que envía y recibe señales y que normalmente está envuelto por una vaina de mielina.
Por encéfalo se entiende el conjunto de las estructuras que hay presentes en la cavidad craneana. En la base del mismo encontramos el tronco encefálico formado por el bulbo raquídeo que constituye la continuación de la médula espinal. También encontramos el puente troncoencefálico cuyas fibras se disponen de forma transversal, y el mesencéfalo situado en el centro del encéfalo. A diferencia de la médula espinal, aquí la subdivisión entre sustancia gris y sustancia blanca no está tan clara ya que existen varios núcleos de sustancia gris que desarrollan tanto funciones de integración como de comunicación. El tronco encefálico es el responsable de funciones orgánicas de gran importancia como la respiración, la circulación sanguínea y el sueño.
En la parte trasera del tronco encefálico hay tres pedúnculos que lo unen al cerebelo, cuya estructura está formada por el vermis y dos hemisferios similares a los del cerebro. Además, se puede decir que el cerebelo se ocupa de todas las funciones del sistema nervioso central, aunque también tiene un papel importante en el control y aprendizaje motor y del lenguaje.
En cambio, por cerebro entendemos una estructura formada por el diencéfalo y el telencéfalo. El diencéfalo se sitúa sobre el tronco encefálico y está constituido por el tálamo, y con respecto a su posición en la que se distribuyen podemos distinguir el hipotálamo, el subtálamo, el metatálamo y el epitálamo. Cada una de estas estructuras tiene una función en concreto, el tálamo recibe información sensitiva de la médula espinal y del tronco encefálico y las transfiere al telencéfalo. La principal función del metatálamo es la transmisión visual y auditiva al telencéfalo. El hipotálamo regula las funciones importantes del sistema nervioso vegetativo, como el hambre, la sed y la temperatura corporal. El subtálamo se sitúa entre las fibras de un sistema asociado a las funciones motoras. Por último, el epitálamo se identifica por la glándula epineal o epífisis, una glándula endocrina que produce melatonina y es de gran importancia en la regulación tanto del ritmo del sueño y la vigilia como de nuestro humor.
Aquí llegamos a la parte más desarrollada de nuestro sistema nervioso central, el telencéfalo. Está dividido en dos hemisferios: derecho e izquierdo, ambos separados por un surco interhemisférico (o sagital). Están conectados por el cuepo calloso, un órgano formado de fibras mielínicas asociativas. La corteza cerebral es la parte más externa y está caracterizada por unos surcos y circonvoluciones que son necesarios para aumentar la superficie de la misma ya que el espacio del que dispone está limitado por el cráneo. La corteza está dividida en cinco lóbulos: frontal, parietal, temporal, occipital y la ínsula que se ubica en una zona más profunda. Además está presente el sistema límbico, el cual está formado por estructuras con funciones semejantes pero anatomía diversa. La corteza cerebral está formada por la sustancia gris, que contiene cuerpos neuronales cuyos axones se encuentran en la sustancia blanca que se sitúa en el interior del telencéfalo y es conocida como centro semioval (uno en cada hemisferio). Existen grandes formaciones de sustancia gris en el interior de la sustancia blanca que se conocen como núcleos de la base, y cuya papel es fundamental en la elaboración de las actividades motoras. Korbinian Brodmann distinguió cincuenta y dos subdivisiones dentro de la corteza cerebral, cada una con su función específica. En general se puede decir que la corteza presenta las siguientes áreas: áreas somestésicas que reciben diversos tipos de sensibilidad, áreas motoras, de las que se generan los distintos tipos de movimientos y áreas asociativas, donde se desarrolla la integración de las informaciones sensitivas que nos sirven para interpretar el mundo exterior.
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Traducción realizada por Alba Daza Molina
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